¿Es mejor un colchón duro?

El colchón duro puede ser una buena opción para descansar si está adaptado a las necesidades de las personas. Por ese motivo, es bueno conocer sus prestaciones y características. Ten en cuenta que la elección de un colchón muchas veces es algo muy subjetivo y que hay gente que disfruta más de un colchón más o menos blando, así como puede disfrutar de un colchón de muelles más que con uno de visco, por ejemplo. Así que deberíamos discernir entre la sensación de dureza al tacto (que el colchón no acoja mucho -el típico “no quiero sentirme como en una nube”-) y la dureza o firmeza del propio colchón (basado en su composición). Por lo general, nosotros nos referimos más a este segundo punto, ya que la primera es una opción totalmente subjetiva. Pueden existir colchones muy duros (firmes) con una acogida muy suave. Haciendo que el usuario se sienta que está muy bien recogido y reconfortado. Ahora sí, vamos al detalle:

¿Por qué es bueno dormir en un colchón duro?

Has de considerar que, en los últimos años, ha habido un aumento de cuestiones relacionadas con el descanso. Las personas vivimos más años y, en este caso, la firmeza toma importancia. La firmeza es uno de los elementos clave de un colchón: puede ser determinante escoger la mejor opción para ti. Ten en cuenta que una tercera parte del día la pasarás en ese colchón. Una persona siempre debe seleccionar la firmeza del colchón en base a una serie de factores que veremos más adelante. Así que, ajustándonos lo máximo posible a las condiciones del usuario, podremos decir que un colchón duro, también denominado firme, aporta las siguientes ventajas para el descanso.

  1. Dormirás con la postura correcta

Este punto es indispensable si quieres que la calidad de tu sueño sea óptima. El problema que puede tener un colchón demasiado blando es que se hunda, con el consecuente perjuicio para tus articulaciones. Por esta razón, un colchón duro te ayuda a mantener la misma postura. Por contra, un colchón duro en exceso puede afectar a la postura de reposo del cuerpo, afectando negativamente al descanso y provocando, incluso, lesiones musculares. La firmeza correcta se basa en aquella que mantiene en un equilibrio perfecto a la columna vertebral, sin forzarla.

  1. Distribución homogénea del peso corporal

Uno de los problemas recurrentes de los colchones demsiado blandos es una distribución incorrecta del peso. En consecuencia, una buena opción es comprar un colchón lo suficientemente duro como para evitar los hundimientos y dolores. Un colchón blando puede favorecer que algunas personas tomen una mala postura que distribuya el peso de forma desigual. Pongamos un ejemplo: la carga de los hombros, caderas y pies varia. En el caso de una persona con un peso importante, eso implica que el peso en estas zonas se incrementa y que, por lo tanto, el cuerpo duerme forzado con una postura no natural. En un futuro más bien breve, aparecerán molestias musculares.

  1. Dormirás más fresco

Los usuarios suelen definir los colchones duros como los de un tacto de “no acogida”: Por ejemplo, un colchón muy acolchado, puede tener un núcleo muy duro, pero ser percibido como blando. En estos casos, los del cliente que prefiere un colchón más bien “duro” (no tan acogedor), hay una ventaja evidente. A menos superficie de contacto con el cuerpo, menor es el calor percibido. Por tal motivo, los colchones percibidos como duros suelen generar menos calor. Pongamos un ejemplo: un colchón percibido como blando (o acogedor) son aquellos que disponen de un topper (o sobrecolchón) encima. ¡La sensación de acogida es única! Eso sí, el cuerpo, al estar más recogido, está tocando directamente el tejido del toppe, lo que provoca una sensación extra de calor. Si no dormirmos sobre una superficie con estas condiciones, la calor será menor.

  1. Es cómodo

La sabiduría popular indicaba que los colchones duros eran menos confortables. Sin embargo, hoy existen modelos que conjugan firmeza y confort, siendo una posibilidad interesante. Existen materiales firmes que permiten dar una sensación de dureza sin tener que renunciar al confort como las fibras naturales presentes en muchos de los colchones Dormity.

Colchones personalizables: la mejor opción

Ahora que ya hemos hablado de como puede beneficiar un colchón duro, también es importante que sepas que los colchones personalizables son la mejor posibilidad para garantizar un buen descanso. Este es uno de los activos que estamos en disposición de ofrecer en Dormity. Tienes la posibilidad de elegir entre una amplia gama de posibilidades teniendo en cuenta distintos factores. En nuestras tiendas, realizamos un test para conocer el colchón que más se adapta a las necesidades del cliente y se le ofrece el modelo compatible. Estudiamos antropomórficamente al usuario o a los usuarios, así como sus hábitos de vida y patologías. De tal manera que encontramos, entre otros factores, qué firmeza es la ideal para cada persona. ¿Qué factores deberíamos tener en cuenta para poder acertar de la mejor forma con la firmeza ideal para cada persona?

  1. IMC (Índice de masa corporal)

El IMC es un elemento fundamental a la hora de elegir su colchón ideal. Se recomienda realizar un test personalizado donde podrá saber con exactitud cuál es su colchón idóneo para sus características morfológicas. Para realizar un estudio personalizado puede acudir a cualquiera de nuestras tiendas Dormity donde podrá realizar un test personalizado con nuestro sistema patentado Kinexa®. La experiencia nos indica que, cuanto mayor sea el peso, más firme debería ser el colchón. Cuando se pesa mucho, hay el riesgo de una distribución deficiente. También podemos analizarlo en el caso de parejas: algunas de ellas tienen mucha diferencia entre ellas, por lo que también disponemos de soluciones variadas como los colchones gemelos (dos firmezas diferentes en un mismo colchón) o los modelos de colchones de muelles personalizados que ofrecemos en Dormity (disponible especialmente para asegurar lo mejor posible la independencia de lechos -o en otras palabras: para que no notes nada si tu pareja se mueve mucho-).

  1. Hábitos del usuario (solo, pareja, deportista, etc.)

Los hábitos de los usuarios del colchón tendrán gran influencia a la hora de elegir la dureza y firmeza de este. La elección variará en función de si será utilizado por una sola persona o en pareja, que nivel de deporte desempeña, etc. Los hábitos son muy variados en función de cada persona e influyen en cómo dormimos. Así una persona muy activa necesita una recuperación más activa, una persona más sedentaria puede obtener una mejora de la circulación al descansar. Es más, si estos dos casos conformasen una pareja, también tendrían un modelo adaptado para ellos. Se trata de encontrar el colchón compatible con las necesidades que tengas: lo de entrar a una tienda y tumbarte y quedarte con el colchón que mejor sensación te ha dado en 5 minutos ya no es necesario: ahora puedes acertar en tu elección sin miedo a equivocarte.

  1. Patologías y dolencias

Otro factor a tener en cuenta son las posibles patologías y/o dolencias que pueda padecer el usuario. Las personas que sufran patologías como lumbalgias, osteoporosis, fibromialgia, etc., deberían optar por colchones medicinales. Estos ayudan a mejorar el descanso y reducir dolores o molestias. Los beneficios de estos colchones están probados científicamente sobre pacientes con diferentes patologías. Hay que tener en cuenta que muchas personas con diferencias dolencias pueden ver mejorada su calidad de sueño, lo que ayuda a disponer de una mejor recuperación o más energía al día posterior. Al fin y al cabo, se trata de una gran mejora en el descanso.