Guía para la compra de almohadas: Tips, propiedades y precios

Para saber cómo elegir almohada debemos tener en cuenta multitud de factores. En este sentido, debemos fijarnos qué necesitamos en función de nuestros hábitos y necesidades. Casi podríamos decir que existe una almohada para cada tipo de persona: deportistas, con problemas cervicales, personas que necesitan un descanso extra por estrés o simplemente personas que quieren mejorar la calidad de su descanso. En esta Guía sobre qué almohada elegir os contamos los tipos de almohada que existen, cuáles son sus mejores usos o cómo optimizar al máximo nuestro sueño con su uso.

¿Qué almohada usar?

En primer lugar, para elegir almohada de la forma adecuada, debemos tener claro qué tipo de almohada debemos usar. Usar una buena almohada nos permitirá:

  • Evitar dolores de cervicales, cuello, espalda y hombros.
  • También nos ayudará a descansar y a evitar insomnio.
  • Contribuirá a una buena circulación de la sangre., y evitará cualquier tipo de problema al respirar.

Estos son solamente algunos de los motivos por los cuales es imprescindible optar por la almohada adecuada. Deberemos elegir una almohada que nos permita conseguir que nuestra cabeza, nuestro cuello y nuestra columna vertebral queden alineados. En otras palabras, para elegir almohada de forma correcta debemos optar por aquella que nos ayudará a evitar cualquier tipo de mal gesto que pueda causar lesiones o molestias en la zona cervical o la espalda.

Por lo tanto, al elegir almohada deberemos tener muy en cuenta la altura, de modo que esta nos ofrezca el confort necesarios. Deberemos tener en cuenta la forma en la que solemos dormir: boca arriba, boca abajo, de lado, si tendemos a movernos mucho, si no nos movemos demasiado… También deberemos tener en cuenta cualquier posible alergia que padezcamos, el material de la almohada y su forma.

¿Cómo elegir la almohada adecuada?

Sabemos qué elementos debemos tener en cuenta al elegir almohada, pero, ¿cómo escoger? Estos consejos pueden ayudarte:

  • Si acostumbras a dormir boca abajo, te recomendamos que al elegir almohada optes por una que sea más bien baja. Esta debería ser, aproximadamente, de unos 10 centímetros de altura. Esto ayudará a evitar posibles molestias o dolores en la espalda; al dormir boca abajo, debemos asegurarnos de que mantenemos nuestra columna alineada correctamente.
    • Al dormir boca abajo, por cuestiones de regulación térmica, higiene e incluso para facilitar la respiración, se debe buscar que la almohada sea transpirable, tanto si es una almohada de fibra como una almohada de visco. No todos los materiales ofrecen una facilidad para transpirar.
  • Por otro lado, si prefieres dormir sobre la espalda, te recomendamos que optes por una almohada de altura media. Una almohada de unos 12 centímetros, aproximadamente, es lo más recomendable.
    • Una muy buena recomendación para estos casos es optar por una almohada de viscoelástica, ya que permite adaptarse al peso que ejerce la cabeza. Si la visco es de muy buena calidad, adaptará al peso y recuperará sin forzar la postura, lo que evitará cualquier dolor muscular o incluso contractura.
  • Si sueles dormir de lado, la mejor opción es una almohada alta, de unos 15 centímetros. De este modo, podrás mantener la cabeza, el cuello y la columna mejor alineados, algo que te ayudará a evitar dolores y molestias.
    • Existen almohadas de diferentes alturas para adaptarse a la altura ideal de una persona. Pero... ¿Cómo saber qué altura es la adecuada para una almohada? La almohada debe favorecer que tu columna se mantenga recta, sin posturas forzadas. De tal modo, sería conveniente que tenga la misma altura que el hombro. Por ejemplo, una persona de hombro ancho, requerirá de una almohada alta, mientras que si el hombro es más estrecho, la almohada ideal será baja.

Tener en cuenta estos consejos al elegir almohada te ayudará a tomar la mejor decisión para descansar mucho más y mejor. También resultará beneficioso para la columna y las cervicales. Al elegir almohada también deberemos tener en cuenta la forma. Además de las almohadas de forma tradicional, también podemos encontrar almohadas diseñadas especialmente para combatir y remediar ciertos problemas, como por ejemplo el dolor de cervicales, o el dolor de espalda.

Este es el caso de las almohadas de viscoelástica, y dentro de ellas, nuestras almohadas médicas están especialmente pensadas para casos de dolores específicos con almohadas diseñadas en concreto para solventar y paliar las dolencias.

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Qué tipos de almohada existen y cuál me conviene

Por lo tanto, ¿qué almohada es la mejor? La respuesta depende, en gran parte, de cada persona, sus preferencias y sus hábitos al dormir. Si bien es cierto que la calidad del material debe ser básico a la hora de escoger la almohada adecuada, existe una gran variedad de tipos de almohada que se adaptan según nuestras necesidades:

  • Almohadas de viscoelástica: Este tipo de almohadas son cada vez más populares. Son almohadas de muy alta calidad que te proporcionarán el confort que necesitas para descansar a diario. Están especialmente diseñadas para evitar cualquier tipo de dolor muscular, independientemente de tus hábitos al dormir. Tienen la capacidad de adaptarse a tu cuerpo, manteniendo el reposo adecuado(con la espalda recta)y evitando las posturas forzadas(aquellas que provocan molestias musculares o incluso contracturas).  Algunas de ellas, están incluso provistas con tratamientos como el Outlast aplicado en su interior, por lo que, en momentos de calor, ofrecen frío y viceversa. Se termorregulan por sí solas, ofreciendo así siempre unas condiciones térmicas ideales para el descanso.
  • Almohadas de fibra: Más reconocidas por ser las almohadas hipoalergénicas. Pensadas especialmente para todas aquellas personas que sufren reacciones alérgicas o buscan un descanso libre de ácaros y alergénicos. Gracias a su composición y tratamiento, evita la formación de elementos que puedan afectar al usuario. Disponen de diferentes alturas y firmezas adaptables a todo tipo de posturas al dormir.

Firmeza de las almohadas

La firmeza de la almohada es también un factor importante al elegir una. La firmeza adecuada depende de tus preferencias personales y de si tienes algún problema de salud. Una almohada demasiado firme puede causar tensión muscular y dolor, mientras que una almohada demasiado blanda puede no proporcionar suficiente soporte.

Las almohadas de fibra suelen estar compuestas por materiales sintéticos, como poliéster, que les confieren una firmeza media-alta. A diferencia de las almohadas de plumas o de espuma, las almohadas de fibra no se deforman con el tiempo y mantienen su forma y su consistencia durante mucho más tiempo. Además, suelen ser hipoalergénicas y resistentes a los ácaros, lo que las convierte en una buena opción para personas con alergias o problemas respiratorios.

Si tienes problemas de cuello y hombros, es mejor elegir una almohada firme que proporcione un buen soporte. Si prefieres una almohada más suave, elige una viscoelástica que pueda adaptarse a la forma de tu cuello. La almohada viscoelástica perforada es siempre una buena opción que se amolda al descanso de casi todas las personas. Las almohadas de firmeza baja suelen estar recomendadas para niños o adolescentes que en un principio se encuetran libres de molestias y dolores que pueden poseer las personas adultas.

En términos generales, las almohadas de fibra y viscoelásticas se caracterizan por su firmeza, lo que les permite mantener una posición correcta de la cabeza y el cuello durante el sueño. Esto ayuda a prevenir dolores de cabeza, de cuello y de espalda, así como a mejorar la calidad del sueño. Además, suelen ser muy duraderas y fáciles de mantener, ya que se pueden lavar en la lavadora y secar en la secadora sin problema.

En definitiva, si estás buscando una almohada que te proporcione un soporte óptimo y una sensación de confort durante el sueño, las almohadas de fibra y viscoelásticas son una buena opción a considerar.

Transpirabilidad

La transpirabilidad es importante para mejorar el descanso y también la higiene de nuestra cama. Existe un tipo de almohada viscoelástica moldeada con gel que puede ofrecernos un gran descanso aportando frescor y firmeza en su medida justa.

Cómo cuidar una almohada para mantenerla más tiempo

Las almohadas son una parte importante de nuestra rutina diaria de descanso y nos acompañan cada noche. Por lo tanto, es importante saber cómo cuidarlas adecuadamente para garantizar su durabilidad y mantenerlas limpias y frescas. Aquí te damos algunos consejos útiles para cuidar tu almohada:

  • Limpieza regular: Aunque las almohadas no necesitan ser lavadas con tanta frecuencia como las sábanas, es importante limpiarlas regularmente para eliminar la acumulación de aceites, sudor y otros residuos que pueden afectar su calidad y frescura. Se recomienda lavar las almohadas al menos dos veces al año.
  • Verificar las instrucciones de lavado: Las almohadas vienen en diferentes materiales y densidades, por lo que es importante verificar las instrucciones de lavado para asegurarse de que estás limpiando tu almohada adecuadamente. Por lo general, las almohadas de fibra se pueden lavar en la lavadora, mientras que las almohadas de espuma y viscoelásticas suelen requerir un lavado a mano.
  • Secado adecuado: Es importante secar las almohadas completamente después de lavarlas para evitar la formación de moho y bacterias. Las almohadas de fibra y de pluma se pueden secar en la secadora a baja temperatura con pelotas de secado para evitar que se apelmacen. Las almohadas de espuma y viscoelásticas deben secarse al aire libre o con un secador de pelo a baja temperatura.
  • Almacenamiento adecuado: Cuando no estés utilizando tu almohada, es importante almacenarla en un lugar fresco y seco para evitar la formación de moho y bacterias. Siempre usa una funda de almohada para protegerla del polvo y los ácaros.
  • Cambio regular: Las almohadas deben ser reemplazadas cada dos o tres años, dependiendo del material y la calidad. Si tu almohada comienza a perder su forma o firmeza, es hora de cambiarl

Consejo Extra:

Escoge una buena funda de almohada para que las propiedades no se pierdan. Asegúrate de tener que sea un buen material como el algodón con un mínimo de 100-150 hilos por pulgada. Que sea transpirable e impermeable, evitando que la almohada reciba humedad en la medida de los posible. Considera también que algunas almohadas incorporan su propia funda, pensada especialmente para facilitar las mejores condiciones durante más tiempo. Fíjate bien a la hora de comprar tu almohada.

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