Cómo los alimentos afectan a tu descanso y cómo aprovecharlos para una siesta reparadora

Por: Sara Martínez Esteban. Dietista-Nutricionista - Nº Col: CAT000085 y Lda. en Ciencia y Tecnología de los alimentos

 

El descanso es un pilar fundamental para nuestra salud y bienestar. Y una de las prácticas más populares para recuperar energías durante el día es la siesta. Pero, ¿eres consciente de que la calidad de tu siesta puede verse afectada por los alimentos que consumes? En este artículo, investigaremos la conexión entre la siesta y la alimentación, y cómo el tipo de comida que ingieres puede afectar tu descanso.

La digestión y su influencia en la calidad de la siesta

La digestión desempeña un papel fundamental en la calidad de la siesta. Durante este proceso, nuestro cuerpo descompone los alimentos y absorbe los nutrientes necesarios. Sin embargo, los procesos digestivos pueden generar sensaciones de pesadez y somnolencia, debido al gasto de energía requerido. Por lo tanto, es esencial comprender cómo la digestión afecta el sueño y la somnolencia.

Alimentos de fácil digestión para una siesta óptima

Para lograr una siesta óptima, es recomendable optar por alimentos de fácil digestión, que suelen ser bajos en grasas y ricos en nutrientes, como las verduras u hortalizas, las frutas frescas, el pescado y carnes magras como las aves de corral, el yogur…entre otros. Son opciones ligeras y nutritivas que no sobrecargan nuestro sistema digestivo. Además, contienen vitaminas y minerales que favorecen un sueño de calidad.

Evitar comidas pesadas antes de la siesta

Por otro lado, debemos evitar comidas pesadas y muy ricas en grasas antes de la siesta. Los alimentos fritos, procesados o con salsas espesas y en platos abundantes pueden generar malestar estomacal, acidez y sensación de pesadez, dificultando la relajación y el descanso. Es preferible evitar este tipo de alimentos antes de la siesta.

Efectos de la cafeína y estimulantes en la siesta

La cafeína y otros estimulantes como la teína también pueden interferir en nuestra capacidad de conciliar el sueño durante la siesta. Bebidas como el café, el té y las bebidas energéticas contienen cafeína, que nos mantiene despiertos y dificulta la relajación necesaria para un buen descanso. Es recomendable evitar o limitar el consumo de estas bebidas antes de la siesta.

Alimentos que favorecen el sueño

Algunos alimentos contienen compuestos que favorecen la somnolencia. Por ejemplo, las legumbres, cereales como el arroz, frutas como los plátanos y carnes magras como el pollo o los pescados son alimentos que contienen triptófano, un aminoácido que actúa como precursor de la serotonina y melatonina, neurotransmisores que promueven la relajación y el sueño. Incluir estos alimentos en nuestra dieta puede ayudar a conciliar el sueño durante la siesta.

Hidratación adecuada antes de la siesta

Además, para mejorar aún más tu hidratación, prueba a beber 1 o 2 vasos de agua antes de tomar la siesta. Mantenernos hidratados ayuda a regular la temperatura corporal y mejora la sensación de descanso, por lo que incorporar esta práctica puede evitar la deshidratación y promover un descanso placentero.

Horarios de la siesta y comidas

También, es importante considerar los horarios de la siesta en relación con las comidas. Se recomienda esperar un tiempo prudencial después de comer antes de echarse la siesta, permitiendo que nuestro cuerpo tenga suficiente tiempo para digerir los alimentos. Esperar al menos una hora después de comer puede evitar la sensación de pesadez y favorecer una mejor digestión.

Factores individuales y personalización

Es fundamental tener en cuenta que los efectos de la alimentación en la siesta pueden variar según cada individuo. Cada persona tiene una respuesta única a los alimentos y puede experimentar diferentes niveles de somnolencia. Por lo tanto, es importante observar cómo reacciona nuestro propio cuerpo ante los distintos alimentos y ajustar nuestra dieta según nuestras  ecesidades personales.

En resumen, la alimentación juega un papel crucial en la calidad de nuestra siesta. Optar por alimentos de fácil digestión, evitar comidas pesadas y ricas en grasas, limitar el consumo de cafeína y estimulantes, incluir alimentos que favorecen el sueño y mantenernos hidratados son recomendaciones clave para disfrutar de una siesta óptima. Escuchando a nuestro cuerpo y adaptándonos a nuestras necesidades individuales, podemos lograr un descanso reparador y revitalizante. ¡Una buena siesta y una alimentación adecuada son la combinación perfecta para cuidar nuestra salud y bienestar!