Cómo evitar la tortícolis al dormir

A lo largo de nuestra vida, todos alguna vez nos hemos levantado con tortícolis. Pero, ¿Sabes cuál es la causa de este intenso y doloroso malestar? Hoy te contamos las causas de la tortícolis y cómo evitarla, así como algunos consejos para aliviarla en caso de que lo estés padeciendo. ¡Sigue leyendo y vamos allá!

¿Qué es la tortícolis?

Para empezar vamos a explicarte qué es la tortícolis. De forma genérica, podemos decir que se trata de un dolor intenso en los músculos cervicales, este provoca gran dificultad de movimientos en el cuello en el menor de los casos o en los más extremos, su bloqueo.

El músculo principalmente afectado es el esternocleidomastoideo, también existen casos en los que los músculos escapulares y escalenos quedan afectados.

Todo esto se produce principalmente por una mala postura a la hora de dormir. Existen diversos tipos y su clasificación va en función de cómo tengamos colocada la cabeza al dormir:

Tortícolis rotacional: este afecta cuando la cabeza rota hacia un lado en el eje longitudinal o simétrico. Es decir, queda recostado hacia un lado con respecto al cuerpo completo, el cual está tumbado boca arriba.
Retrocolis: Como bien el nombre indica, se produce cuando la cabeza queda inclinada hacia atrás y el cuello sufre una tensión intensa durante toda la noche.
Laterocolis: En palabras simples, podemos decir que se produce cuando la cabeza queda inclinada hacia su lateral. Reposando el peso en dirección al hombro.
Anterocolis: Este es provocado por la inclinación del cuello hacia delante. Las cervicales sufren mucha tensión, y la barbilla queda inclinada hacia el pecho.

Posibles causas de la tortícolis

Colchón o almohadas en mal estado, ya que con el paso de los años se deforman, pierden firmeza y grosor, lo cual provoca una mala posición del cuerpo y cuello a la hora de dormir.
Movimientos bruscos en la vida cotidiana o en situaciones puntuales que provoquen el estiramiento forzado para llegar a coger algún objeto.
La exposición prolongada al frío, ya que en temperaturas bajas nuestro cuerpo se encoge, los vasos sanguíneos y músculos se contraen.
Traumatismos, frecuentemente provocados por algún accidente de tráfico o choque en la parte trasera del coche.
El estrés, ya que provoca tensión muscular y con el tiempo esto provoca que adoptemos malas posturas en la espalda y cuello.

Mala postura en el uso del móvil cuando estamos en la cama. A la hora de mirar el móvil provocamos tensión en las cervicales y el cuello, debido al peso de la cabeza y la posición en la que nos encontramos.
Ejercicios mal ejecutados, como es el caso de las abdominales o la sobrecarga con pesos exagerados, nos puede llegar a provocar una cervicalgia o dolor cervical.